El boxeador ucraniano Oleksandr Usyk se sinceró sobre todo lo que ha vivido desde el día en el que la invasión rusa de su país fue una realidad.
"Todos los días que estaba allí, rezaba y pedía: 'Por favor, Dios, no dejes que nadie intente matarme. Por favor, no dejes que nadie me dispare. Y por favor, no me obligues a dispararle a otra persona'", dijo Usyk a The Guardian, en una entrevista previa a su combate de este sábado ante el británico Anthony Joshua.
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"Fue el 24 febrero (el inicio de la invasión), el día en que mi hija Yelizaveta cumplió 12 años y, por supuesto, lloró un poco. Mi esposa habló con ella y le explicó lo que había sucedido, y pronto mi hija entendió muy bien a qué nos enfrentamos todos en Ucrania", manifestó el campeón de lo pesados de la WBA, IBF y WBO.
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"Les explico a mis hijos que los rusos están tratando de matarnos porque son gente débil. También les digo que esta es la misma razón por la que no van a ganar la guerra. Somos más fuertes que ellos", agregó.
Queja
"Algunas personas no están haciendo lo suficiente para ayudar a Ucrania. Mucha gente está tratando de esconderse y simplemente esperar hasta que termine la guerra y esperar que no los toque, pero es no es posible, les acabará tocando de un modo u otro", finalizó.