Misa por la fraternidad, responsabilidad y participación ciudadana con candidatos presidenciales
Monseñor José Domingo Ulloa ofició la misa en la que se oró por Panamá de cara a los comicios electorales de mañana, 5 de mayo.
Con la presencia de autoridades eclesiásticas, magistrados del Tribunal Electoral, representantes de la OEA, embajadores, candidatos presidenciales, entre otras figuras, se llevó a cabo esta mañana una homilía en la Iglesia Catedral Basílica, en la que todos se unieron para orar y pedir al Señor la luz y la sabiduría necesaria para que esta elección general se lleve a cabo con responsabilidad, paz, tolerancia y respeto.
Monseñor José Domingo Ulloa aseguró que los obispos se comprometieron en realizar la tradicional Observación Electoral, que lleva adelante la Comisión de Justicia y Paz desde 1989 y para estas elecciones hay casi cuatro mil observadores de la Comisión de Justicia y Paz, en todo el territorio nacional.
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“El proceso electoral debe ser una fiesta cívica, pacífica y responsable que le permita a todos los ciudadanos ejercer con seriedad el sagrado deber de elegir sus autoridades pensando en los más elevados principios y valores de justicia, solidaridad, civismo. Debe ser un compromiso que fortalezca la democracia y refuerce la institucionalidad del país. Un esfuerzo por el Bien Común”, aseguró.
“Estamos convencidos que los panameños y las panameñas celebraremos mañana ‘una fiesta electoral’, donde a pesar de las diferencias políticas, seremos capaces de empinarnos sobre nuestras diferencias y respetar al diferente o al que opta por determinado partido o candidato”.
El prelado dijo además que no podemos decir que somos buenos cristianos, si no somos buenos ciudadanos.
“El ciudadano tiene el poder de cambiar el rumbo del país, especialmente la juventud. Esta es una oportunidad en que todos, podemos hacer la diferencia en este proceso electoral, derrumbando las paredes de la corrupción y del juega vivo”.
A los candidatos les dijo que no pueden separar su compromiso político de su fe y de sus valores. “Eso sería no ser coherente, porque la fe han que vivirla en todos los ambientes en los que el creyente actúa. Ustedes están llamados, ante todo, a una actuación como discípulos misioneros en el mundo, en la perspectiva del diálogo y de la transformación de la sociedad. Son ustedes los que pueden devolverle el verdadero significado de la política: que es el arte del buen servir, con sus acciones en sintonía con el Resucitado”.