A pesar de ser una de las expresiones más representativas del turismo religioso en el país, la tradicional Semana Santa viviente de Pesé vuelve a enfrentar su histórica batalla por los recursos necesarios para su realización, luego que año tras año, el comité organizador lucha por reunir el presupuesto que permita escenificar manifestación cultural.
Juan Carlos López, presidente del Comité de la Semana Santa Viviente de Pesé, lamentó que, pese al reconocimiento que tiene esta representación que atrae a miles de visitantes, no exista una ley que la respalde y garantice apoyo estatal.
“En la parte económica es una historia de nunca acabar, siempre es complicado este aspecto. Tenemos apoyo de empresas del área y del Municipio, pero las instituciones de Turismo y Cultura nos dicen que no pueden apoyarnos porque no tenemos una ley que sustente este respaldo”, explicó.
El evento, que se lleva a cabo con el esfuerzo de decenas de voluntarios y artistas comunitarios, requiere una inversión significativa, incluso cuando los escenarios son reutilizados con solo retoques de pintura.
“El presupuesto de gastos sobrepasa los 12 mil balboas”, detalló López, quien señaló que “los artistas no cobran por su labor, pero necesitamos cubrir los costos de logística, escenografía, sonido y otros aspectos básicos”.
A pesar de las dificultades, el ambiente en Pesé ya se siente cargado de fe y entusiasmo, ya que los escenarios están casi listos para los actos que inician este jueves y se extienden hasta el viernes santo, mientras que los actores locales, así como aquellos que viajan desde otras regiones, ya se encuentran en el pueblo para unirse al elenco.
Uno de los pilares de esta tradición es Manuel De La Rosa, quien lleva más de 45 años participando en la escenificación, y quien asegura que como artistas solo reciben el vestuario, y ellos mismos deben comprar su calzado o cutarras.
“Me enorgullece ver tanto público y, aunque no somos artistas preparados, la experiencia nos ha permitido llevar esto adelante”, señaló De La Rosa, quien también colabora en la construcción de los escenarios.
La comunidad pide con urgencia una legislación que reconozca esta tradición como patrimonio cultural respaldado por ley, al igual que ocurre con festivales y ferias de la región que sí cuentan con apoyo económico estatal mediante leyes aprobadas en la Asamblea Nacional.