El reguetonero Jay Wheeler, conocido por éxitos como “Desde mis ojos” y “La Curiosidad”, se abrió emocionalmente con sus seguidores tras vivir una experiencia que marcó un antes y un después en su vida.
En un video, el cantante puertorriqueño, quien acumula más de siete millones de seguidores en redes sociales, compartió el relato de un grave accidente automovilístico que lo hizo reflexionar profundamente sobre su vida y su relación con Dios.
El artista narró que su vehículo volcó en medio de una carretera mientras viajaba junto a su conductor y otros dos ocupantes. Durante el accidente, Wheeler pensó que perdería la vida, ya que las puertas del vehículo no se abrían y la desesperación se apoderó de ellos. Sin embargo, en medio de la angustia, un hombre vestido de blanco apareció inesperadamente y logró abrir la puerta, seguido por una enfermera que les brindó ayuda.
“Yo salgo y empecé a notar todo lo que había ignorado. Comencé a llorar y sentí que Dios tocó mi corazón”, confesó Wheeler, visiblemente emocionado.
Este evento llevó al cantante a replantearse muchas cosas en su vida, incluyendo su deseo de acercarse a Dios. Entre lágrimas, Wheeler explicó que llevaba tiempo queriendo tomar esta decisión, pero no sabía cómo hacerlo debido a la presión de su carrera musical y la responsabilidad que tiene con las personas que dependen de él.
“No quiero que la gente piense que me aproveché de este momento para tomar esta decisión. Yo llevaba días, meses, queriéndolo hacer, pero no sabía cómo”, expresó.
Jay Wheeler también reflexionó sobre la idea de que muchos esperan que, tras entregarse a Dios, las personas deban ser perfectas y predicar la palabra constantemente. Sin embargo, el cantante afirmó que esa no es su intención y que su transformación será un proceso personal.
“Lo que ustedes van a ver de mí es una persona imperfecta. Sé que Dios va a transformarme con el tiempo”, añadió.
Finalmente, Wheeler agradeció la protección divina que, según él, les salvó la vida a los cuatro ocupantes del vehículo. “Es imposible que me digas que ese no fue Dios. No tenemos ni un rayón, ni un dolor de cabeza. Dios nos protegió a todos”.