Meghan Markle no quería ser la “mala de la película” en su relación con Kate Middleton, esposa del futuro rey de Inglaterra. Un nuevo libro afirma que la ex actriz, de 41 años, “se obsesionó” con las noticias de su supuesta enemistad con la ahora princesa de Gales, de 40, implorando al Palacio de Buckingham que hiciera una declaración para aclarar las cosas.
En 2018, se dio a conocer que Middleton se largó a llorar durante la prueba de los vestidos de damas de honor para la boda de Markle con el príncipe Harry.
Sin embargo, en una entrevista explosiva con Oprah Winfrey que se emitió en marzo pasado, Markle afirmó que sucedió todo lo contrario: que fue la entonces duquesa de Cambridge quien la hizo llorar a ella y que luego se disculpó en una nota.
Después de la entrevista de Harry y Markle el año pasado, se informó que Middleton estaba “mortificada” por la revelación de que hizo llorar a Markle antes de su boda. Katie Nicholl le dijo a la revista OK! en ese momento que “Kate es discreta y respeta su vida personal”.
“Nunca escuchas que Middleton se pelea con alguien porque es muy cuidadosa con la forma en que trata a los demás”, dijo Nicholl. “Kate sintió que el incidente estaba resuelto, por lo que volver a mencionarlo fue mortificante”.
“Por lo que escuché, hay diferentes versiones de la historia, no solo la que habló Meghan”, agregó la experta real que lanza el martes su nuevo libro “The New Royals: Queen Elizabeth’s Legacy and the Future of the Crown”, en el que promete una mirada tras bambalinas a la dinámica de la familia real, incluida la interpretación de la difunta reina sobre la decisión de Harry de abandonar la familia real.
El nuevo libro de Valentine Low, “Courtiers: The Hidden Power Behind the Crown”, publicado el jueves, señala que Markle se mantuvo firme para que la verdad saliera a la luz sobre ese incidente. La duquesa de Sussex exigió a la Casa real británica que negara la pelea entre cuñadas.
“La verdad es que, después de la prueba del vestido, Meghan se había obsesionado con tratar de persuadir a la oficina de prensa del palacio para que publicara algo que negara la historia”, escribe Low, según extractos del libro.
En la entrevista con Winfrey, “Meghan fue más allá de negar la historia de Kate llorando. Dijo que había sucedido lo contrario. Sin embargo, el palacio fue igualmente inflexible en que sería un grave error comenzar a informar sobre historias personales relacionadas con las diferencias entre los miembros de la familia real”, escribe Low.
El palacio, señala el libro, no quería sentar un “precedente” por “comentar chismes personales”. “Esto se convirtió en un importante punto de discordia entre Meghan y sus asesores de medios”, agrega la escritora.
Los rumores de la mala relación entre Markle, Middleton y sus respectivos esposos, Harry, de 38 años, y el príncipe William, comenzaron tras la mudanza de los duques de Sussex al Palacio de Kesington, la entonces residencia oficial de Kate y William. Todo empeoró por la decisión de los Sussex de retirarse de sus deberes reales y su posterior mudanza a California en 2020.
Los días previos al funeral de estado Harry se molestó después de que le informaran que Meghan no había sido invitada a unirse a él en el vuelo a Balmoral para estar al lado de su abuela moribunda. También se dio a conocer que rechazó un invitación de su padre para cenar en Birkhall, la casa que él ocupa en Balmoral, por el destrato que había sufrido su esposa.
Según publican los medios británicos, Harry estaba profundamente disgustado por el desplante que su padre le había hecho a Markle al prohibirle ir al castillo escocés a despedirse personalmente de la soberana en la intimidad, porque el actual rey no lo consideraba “apropiado”.
La negativa a que la duquesa de Sussex estuviera en Balmoral en los últimos momentos de Isabel II ese 8 de septiembre motivó una fuerte pelea con su hijo menor, que trató en vano de convencerlo. Finalmente, y a consecuencia de este enfrentamiento, Harry perdería el vuelo que lo llevaba a Escocia y no llegaría a tiempo de ver a su abuela con vida. Se enteró de la muerte de su abuela cuando aún estaba de viaje.