El regulador británico de la prensa escrita ha dictaminado que una columna de opinión contra Meghan Markle publicada el pasado diciembre por The Sun que suscitó más de 25 mil quejas vulneró el código periodístico, por lo que, como castigo, el diario ha tenido que publicitar el fallo.
En su artículo, el conocido presentador Jeremy Clarkson decía odiar a la esposa del príncipe Enrique y “soñar con el día en que desfilará desnuda por las calles de todos los pueblos de Gran Bretaña mientras la multitud grita: ‘Vergüenza!’ y le arroja excrementos”, entre otras cosas.
La Organización independiente de estándares de la prensa (IPSO), financiada por los propios medios de comunicación que son miembros, ha aceptado parcialmente las denuncias de dos organizaciones feministas al concluir que el artículo era sexista, pues contenía “una referencia peyorativa y perjudicial al sexo de la duquesa”.
Sin embargo, el regulador, al que el sindicato de periodistas NUJ condena por falta de independencia, descartó los argumentos de The Fawcett Society y The Wilde Foundation de que también era “inexacto, suponía un acoso a la duquesa de Sussex e incluía referencias discriminatorias por motivos de raza”.
Aunque el dictamen sienta un precedente por parte de IPSO, la asociación “Hacked Off” contra los abusos de la prensa sensacionalista ha criticado que no imponga una multa o medidas disciplinarias contra el director del diario y el columnista, conocido por sus comentarios provocadores.
En un gesto inédito, The Sun y Clarkson ya se disculparon en diciembre tras recibir el aluvión de quejas, pero hasta ahora no se había pronunciado IPSO, una entidad de autoregulación de la que se han desmarcado algunas cabaceras como “The Guardian” y “Financial Times”, que tienen sus propios mecanismos de gestión de quejas.