¡Poderoso silencio! Tania Hyman te comparte pausas estratégicas para dominar el arte de hablar en público
El arte de la oratoria no solo se basa en lo que dices, sino en cómo lo dices. ¡No subestimes el poder de una buena pausa!
Hablar en público es un arte que requiere no solo de un buen manejo del contenido, sino también de dominar el ritmo con el que se transmite la información. Las pausas son herramientas esenciales que, si se utilizan correctamente, pueden transformar un discurso ordinario en uno impactante y memorable.
A continuación, Tania Hyman, coach de comunicación, te presenta cuatro tipos de pausas que debes considerar para mejorar la claridad y la efectividad de tu mensaje.
La primera es la pausa de respiración. ¿Qué es? Hyman explica que la pausa de respiración es vital para mantener un flujo constante de aire mientras hablas. No solo evita que te quedes sin aliento, sino que también marca el final de una idea o sección del discurso.
Y ahora te preguntarás, ¿cómo usarla? De acuerdo a Hyman esta pausa debes incorporarla al final de frases o ideas para dar tiempo a la audiencia de asimilar lo que has dicho, mientras te preparas para continuar. Es la pausa más natural y fundamental.
Seguimos con la pausa de énfasis. Este tipo de pausa se realiza antes o después de una afirmación importante para darle mayor peso. Es una técnica poderosa que capta la atención de tu audiencia y subraya la relevancia de lo que estás comunicando.
Puedes usarla brevemente justo antes de presentar un punto clave, o después de enunciarlo, para que la audiencia tenga tiempo de procesar y reflexionar sobre la importancia de tus palabras.
La tercera pausa es la de transición. Esta se utiliza para señalar un cambio de tema o de sección dentro de tu presentación. Esta pausa ayuda a la audiencia a seguir el hilo conductor del discurso y a prepararse para la nueva información que les vas a ofrecer.
Hyman recomienda usarla antes de cambiar de tema. Realiza una pausa para que el público sepa que viene algo nuevo. Esto facilita que se mantengan atentos y preparados para recibir más datos.
Y la última pausa es la pausa reflexiva. Esta permite a la audiencia pensar sobre lo que se ha dicho. Es particularmente útil cuando se está tratando información compleja o emocional.
Hyman propone aplicarla después de exponer una idea profunda o un punto que requiere reflexión, detente por un momento para que el público pueda digerir la información antes de continuar.