En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, que se conmemora cada 5 de junio, y este año bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la Generación Restauración”, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recordó que la producción agropecuaria tiene profundos efectos en el medio ambiente en su conjunto.
De acuerdo con la Organización, la agricultura puede considerarse entre las principales fuentes de contaminación del agua por nitratos, fosfatos y plaguicidas, así como de gases responsables del efecto invernadero, metano y otros tipos de contaminación del aire y del agua.
“Algunos métodos agrícolas, forestales y pesqueros causan pérdidas de biodiversidad en el mundo. Los costos externos globales de estas malas prácticas pueden ser considerables”, explicó el Coordinador subregional de FAO en Mesoamérica, Adoniram Sanches Peraci.
El funcionario de la FAO resaltó la importancia de utilizar más métodos de producción sostenible, para atenuar los efectos de la agricultura sobre el medio ambiente, ya que la agricultura también puede desempeñar una función importante en la reversión de estos efectos, por ejemplo, almacenando carbono en los suelos, mejorando la filtración del agua y conservando los paisajes rurales y la biodiversidad. “Es por ello que los sectores de ambiente y agricultura deben trabajar de la mano, son dos sectores inseparables”.
Según la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta están degradadas, lo que afecta directamente a la mitad de la población mundial. El número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% desde el año 2000 y, si no se toman medidas urgentes, las sequías podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050.
Un mejor medio ambiente
Bajo este contexto, el Marco Estratégico de la FAO 2022-2031 tiene como una de las principales prioridades de acción la que denomina “Un mejor medio ambiente” cuyo objetivo es proteger, restablecer y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres y marinos y luchar contra el cambio climático (reducir, reutilizar, reciclar y gestionar los residuos) mediante sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
Para lograr esto, la FAO trabaja de la mano con diversos socios de recursos y contrapartes nacionales y regionales para la implementación de programas y proyectos.
Para el caso de la subregión de Mesoamérica, integrada por México, Centroamérica, República Dominicana, Cuba y Haití, la FAO se encuentra implementando una cartera de 28 proyectos financiados por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), por un monto que supera los 144 millones de dólares.
En este mismo grupo de países, la Organización está ejecutando más de 149 millones de dólares por parte del Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés) en proyectos orientados a la mitigación y adaptación al cambio climático.
Adicionalmente, en la región del Sistema de la Integración Centroamericana, la FAO apoya a la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo (CCAD) en la implementación de la Iniciativa Regional “Construcción de Resiliencia en la región del SICA bajo un enfoque sinérgico entre Mitigación y Adaptación, enfocando en el Sector Agricultura, Silvicultura y otros Usos de la Tierra (AFOLU)”, o Iniciativa AFOLU, que plantea como meta para el 2030 que la región SICA restaurará y conservará diez millones de hectáreas de tierras y ecosistemas degradados, con la idea de alcanzar carbono neutralidad para 2040.
Todas estas acciones se encuentran avanzando mediante un trabajo intersectorial que incluye conservación de bosques y ecosistemas forestales, transformación de los sistemas de producción agrícola, con tránsito hacia una agricultura y ganadería sostenibles y adaptadas al clima; integración y promoción de técnicas, prácticas y servicios agrícolas sostenibles, entre otras.
A esto se suma, el trabajo articulado de la FAO y la Secretaría General del SICA, para el impulso de la Iniciativa Mano de la Mano – Construyendo resiliencia en el corredor seco y zonas áridas de la región del SICA- que propone proyectos de inversión para adoptar medidas con respecto a las repercusiones del cambio climático en los sistemas agroalimentarios, aumentando su resiliencia ante los efectos actuales y futuros y fomentando políticas, planes y medidas de adaptación transformadores.