El papa Francisco pidió en el primer acto de su viaje a Hungría, donde permanecerá hasta el domingo, que Europa se ocupe de la crisis migratoria “sin excusas ni dilaciones” porque “las consecuencias tarde o temprano repercutirán sobre todos”.
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Francisco abordó en su primer discurso el tema de la migración después de reunirse en el palacio Sandor, sede de la presidencia, con la presidenta húngara, Katalin Novák, y el primer ministro, Viktor Orbán, que, aunque ha acogido a cientos de miles de refugiados ucranianos, mantiene una política de puño duro contra la migración procedente de otros países que llegan a sus fronteras por la ruta balcánica.
“Te recomiendo que acojas con benevolencia a los forasteros y los honres de manera que prefieran estar contigo y no en otro lugar”, recordó a las autoridades húngaras las palabras de San Esteban, rey de Hungría y quien introdujo el cristianismo en el país.
El papa dedicó la última parte de su discurso pronunciado en el antiguo monasterio carmelita, ahora sede del Gobierno, al tema de la acogida, “que suscita numerosos debates en nuestros días y sin duda es complejo” y remarcó que “sin embargo, la actitud de fondo para los cristianos no puede ser diferente a la que transmite san Esteban”.
“Pensando en Cristo presente en tantos hermanos y hermanas desesperados que huyen de los conflictos, la pobreza y los cambios climáticos necesitamos afrontar el problema sin excusas ni dilaciones”, aseveró.
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Y agregó desde el corazón de Europa: “Es un tema que debemos afrontar juntos comunitariamente porque en el contexto en que vivimos, las consecuencias tarde o temprano, repercutirán sobre todos”.
El papa se reunirá mañana en la Iglesia de Santa Isabel con un grupo de migrantes ucranianos pero también procedentes de África y Asia.