En el Día Internacional del Surf se recuerda al venerable Guido Schäffer, un joven seminarista y médico brasileño apasionado por el surf, que es llamado el “ángel surfista” por dedicar su vida a llevar almas a Dios a través de la oración y el cuidado de los enfermos.
Guido nació el 22 de mayo de 1974 en Brasil, cerca de la playa. Su padre era médico y su madre le inculcó el amor por la Biblia y la oración.
El joven, que solía iniciar sus lecciones de surf con una oración, trabajó en un hospital donde asistió a pacientes con sida (VIH).
Guido fue médico voluntario con las Hermanas Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta y asistió a los enfermos pobres de las favelas.
Además, aprovechaba cada oportunidad para hablar a los jóvenes de Dios, sobre todo mientras surfeaba. “Su única preocupación era salvar almas. Guió a todos a una reunión personal con Cristo. Por eso no escatimó ningún esfuerzo. De hecho, todo su diálogo fue con Él y dirigido a Él. No perdió la oportunidad de proclamarlo, ya sea con palabras o con su propio ejemplo”, dijo una de las misioneras cercanas a él.
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A los 30 años fundó un grupo de oración llamado “Fuego del Espíritu Santo”. El Encuentro de Familias durante la visita del Papa San Juan Pablo II, la beatificación de los protomártires brasileños y un libro sobre la vida de San Francisco de Asís le ayudaron a comprender que el Señor lo llamaba a ser sacerdote. Ingresó al seminario en 2008. Fundó el grupo de oración “Surfistas de María”, donde animó a los jóvenes surfistas a rezar el rosario antes de surfear.
En más de una ocasión dijo a sus compañeros que le gustaría ir al cielo en el lugar donde más sentía la presencia de Dios: el mar. Falleció ahogado a los 34 años en 2009, mientras practicaba surf en la playa Recreio de Río de Janeiro, que fue oficialmente bautizada con su nombre como homenaje.
Su fama de santidad creció, en especial entre los más pobres. En mayo de 2014, se inició el estudio sobre la heroicidad de sus virtudes luego de que varios jóvenes indicaran “milagros” y favores atribuidos a su intercesión.
El 28 de mayo de 2023, el Papa Francisco lo declaró venerable. La Iglesia deberá ahora aprobar un milagro atribuido a su intercesión antes de que pueda ser beatificado.