Cuando Roberto Miranda estaba en sexto grado de educación primaria en la Escuela Las Lajitas descubrió que tenía madera para cantar décima.
Luego, cuando entra a la Telebásica La Bonga, el profesor Víctor Rodríguez Ocaña, lo motiva a participar de los diferentes concursos.
En 2007 dejó de cantar. No obstante, 10 años después, se reactiva en este ámbito.
Fue el cantador de décimas, Eliot Aizprúa, quien le reitera que tiene talento. A esta moción se sumó el señor Marcos Tic Tac, organizador de eventos, quien le dio la oportunidad de cantar y dar a conoce su talento. Tanto es así que hoy le conocen como "La sensación de Capira".
Cuenta que hoy día lo motivan a perseverar en este ámbito, a fe en Dios y su familia, ademásde todas las personas que aman la décima y el folclor. Así las cosas, ama el reconocimiento a su trayectoria en cada sonrisa de los fanáticos, los aplausos, consejos y hasta en las críticas, de quien le dice lo que está bien y lo que hay que mejorar.
"La sensación de Capira" tiene hijos y también admiran lo que él hace. "Les gusta, quieren cantar, pero les digo que antes deben estudiar, luego el tiempo decidirá si los coloca en ese lugar", sostuvo Miranda. Y como todos los artistas están llenos de anécdotas, este capireño también tiene las suyas. Relató que una vez cantó en El Vallecito de Penonomé y cayó un palo de agua.
Al terminar se retiraron de la tarima a pesar de la llovizna que continuaba y al llegar al carro a medianoche se encontraron con que el carro estaba "flat" y ya habían usado la llanta de repuesto. Hubo que esperar el primer carro de ruta a las 4:00 a.m. para arreglar la llanta y regresar por el auto del amigo.
En otra ocasión cantaba en Jordanal de Capira y los sorprendió la crecida del río. Ese día tuvieron esperar a que bajara el nivel del agua al día siguiente. Eso no lo amargó el día, pues es parte de este interesante oficio que ama.
Miranda dijo que admira a todos los trovadores, pues son excelentes. Entre ellos: Eliot Aizprúa, Rubén Moreno, Bebito Vargas, Chequelín Jaén, Estelita Castillo, Versalles Martínez, María del Carmen Marín, María Soledad Marín, entre otros.
De acuerdo con Miranda, él se inspira en el amor, el campo, el folclor, libros e historias de otras personas así como de sus vivencias personales. También compone décimas espinelas y canciones.