La vida de Rodolfo De León se apagó ayer, 7 de febrero, precisamente el día en que su anhelada bebé, Gianna, cumplía dos años, porque así lo quiso Dios. Con un dolor inmenso, pero con fortaleza impresionante y una paz en su corazón, su esposa, Tania De León, se tomó unos minutos horas después de su muerte para hablar no solo de la vida del líder de Comando Tiburón, sino del esposo y padre amoroso que era, así como sus últimos minutos de vida.
Tania dejó claro que fue el cáncer el que se llevó a Rolo, pero batalló en silencio con el apoyo de toda la familia. Tenía 52 años: “Quiero empezar diciendo que la voluntad de Dios siempre va a ser buena, perfecta y agradable, aunque duela, Dios siempre es bueno y está sentado en su trono. Tengo un profundo dolor en mi corazón que no les puedo explicar por la irreparable pérdida de mi esposo, quien en vida se llamó Rodolfo Ernesto De León Trejos, que fue un hombre que… no tengo palabras para describir a mi esposo, fue un hombre muy honrado, muy trabajador, muy honesto”.
Entérate de otras interesantes noticias: día a día Panam
Rolo partió el mismo día del cumpleaños de su bebé y Tania tiene una explicación para eso: “Siento que el Señor permitió que pasara esto en este día para que honremos siempre su memoria y tenerlo siempre en nuestro corazón. Cada vez que Gianna Elena le toque apagar una velita, siempre nos tocará recordarlo como lo que fue el mejor papá del mundo que puede existir”.
Tania detalla que a pesar de que a todos los tomó por sorpresa, pero Rolo batalló en silencio con una enfermedad crónica que le arrebató la vida, como lo fue el cáncer, que le fulminó la vida en muy poco tiempo.
Aseguró que en su último suspiro él le pidió al Creador fuerza y paz y ella pudo extenderle la mano y darle una palabra de aliento “vi como en su último minuto de vida pude extenderle la mano y darle una palabra de aliento en ese momento de agonía y solamente me miró e hizo así (asintió con la cabeza) aceptando lo que yo le decía ver como él partió en la paz de Cristo".
Le queda la esperanza de la gran promesa de que cuando vivimos para Cristo tenemos vida eterna: “este momento es para agradecerle a Dios por la vida que Rolo vivió en esta tierra, 52 años, rodeado del amor de su familia”.