El cantante estadounidense Jimmie Allen, quien saltó a la fama en 2018 gracias a sus temas 'Best Shot' y 'Make Me Want To', se encuentra en el ojo del huracán después de que dos mujeres le hayan denunciado a raíz de una serie de presuntos delitos de índole sexual. Una de ellas asegura que la estrella del country le acosó y abusó de ella durante casi dos años, mientras que la segunda alega que el artista la agredió sexualmente y que fue penetrada sin ningún tipo de protección.
"Estamos deseando mostrar al tribunal las abundantes pruebas que tenemos, que demostrarán que Jimmie Allen es un agresor sexual en serie y que necesita responder de sus actos", ha declarado el abogado de las dos presuntas víctimas en una declaración que recoge la revista People.
El intérprete es padre de dos niñas -Naomi (3 años) y Zara (21 meses)- junto a su exmujer Alexis Gale, que está embarazada. La pareja decidió divorciarse el pasado mes de abril, aunque lo cierto es que Allen no ha llegado a confirmar que la ruptura, que espera revertir más pronto que tarde, esté directamente ligada a lo que él considera que fueron meras infidelidades. En el comunicado que ha emitido este jueves para defenderse de las acusaciones, el cantautor de 38 años sostiene que las relaciones sexuales objeto de controversia fueron consentidas.
Aunque podrían costarle su matrimonio, Allen no está dispuesto a permitir, a tenor de la nota que ha compartido, que esas desviaciones morales se reinterpreten ahora como acciones denigrantes y delictivas. Presentándose como la única víctima de lo que, asegura, no es más que una estrategia de desprestigio con ánimo de lucro, el artista no ha dudado en tomar medidas legales contra las denunciantes: contra la primera ha interpuesto una demanda por difamación, mientras que a la otra le atribuye incluso el robo de su teléfono móvil. Para el mencionado letrado de ambas mujeres, esa contraofensiva "muestra una tendencia preocupante, diseñada para convencer a las víctimas de que, si denuncian, acabarán inmersas en un interminable litigio espurio".
Lógicamente, Allen presenta una versión muy dispar de los hechos: "Esta situación me ha causado una gran humillación. Y sentí que era necesario buscar ayuda profesional. Estos falsas alegaciones me han llevado a perder numerosas oportunidades de negocio y patrocinio, para las que trabajé muy duro. Estas acusaciones falsas no sólo me han dañado a mí, sino que también han impactado negativamente en las finanzas de mi banda, mi equipo y sus respectivas familias", reza un extracto del discurso que ha facilitado a los medios.
En conversación con la revista People, Jimmie Allen también ha puesto de manifiesto su objetivo de proteger a su familia y, con suerte, solventar la crisis de pareja que atraviesa con su todavía esposa. "Cuando hablo de 'arreglar mi familia', me refiero a asegurarme de que su salud mental está bien, de que recuperamos la estabilidad después de estas acusaciones falsas y tan dolorosas. Me he tomado algo de tiempo libre para estar con mi mujer, mis hijos y mis amigos, para garantizar que están todos bien", ha señalado.