Ganadora del Oscar a los 11 años, Anna Paquin tuvo una prominente carrera en el cine tras su brillante actuación como Mejor actriz de reparto en The Piano (1993). Formó parte de la franquicia cinematográfica de X-Men en el papel de Rogue y fue una de las estrellas principales de la serie True Blood. En la última década, trabajó únicamente en siete películas, incluida la que acaba de estrenar en Estados Unidos bajo el nombre de A Bit of Light.
A propósito de este lanzamiento, la aclamada actriz retornó a la alfombra roja, después de una pausa de más de un año. Su más reciente film está dirigido por Stephen Moyer, su esposo y compañero de reparto en True Blood. Paquin asistió al evento en el Crosby Street Hotel de Nueva York el pasado 3 de abril, utilizando un bastón que le ayuda a caminar debido a un problema de salud no revelado que ha enfrentado durante los últimos dos años.
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“No ha sido fácil”, dijo a People la estrella neozelandesa de 41 años. Según reportó la revista, la condición médica le ha provocado también dificultades en el habla, aunque una fuente cercana expresó esperanzas sobre una recuperación completa.
En la película, Anna Paquin interpreta a una madre en desgracia que, tras perder la custodia de sus hijos con su exesposo y la nueva pareja de este, se ve obligada a mudarse con su padre, personificado por Ray Winstone. El elenco de apoyo incluye a Youssef Kerkour, Pippa Bennett-Warner y Luca Hogan.
A Page Six le habló sobre el cambio en los tipos de roles que busca, prefiriendo aquellos que son “complejos y no tan agradables” después de años interpretando personajes infantiles y juveniles. “Llevo trabajando desde que era muy pequeña. Siempre he estado esperando a envejecer para hacer los trabajos de adulta de verdad”, compartió.
Y agregó: “No soy una veinteañera con problemas de veinteañera. Soy una mujer de 40 años con mucha vida a mis espaldas gracias a que empecé bastante joven”.