Los niños suelen tener comportamientos que varían de acuerdo con su desarrollo, el cual incluye cambios físicos, intelectuales, sociales y emocionales. Se sabe que los niños crecen y maduran a velocidades muy distintas, pero, ¿cómo saber cuál comportamiento es normal y cuál representa un problema que requiere la intervención de un especialista en salud mental?
En ocasiones, los padres pasan por alto comportamientos entre los niños por creer que forman parte de su crecimiento, sin embargo, cuando estos llegan a la etapa escolar, son los docentes quienes observan y determinan la gravedad de la situación y sugieren a los padres que busquen la ayuda de un experto.
De hecho, el llamado de atención desde la escuela es el motivo más frecuente por el que los padres de familia acuden con un psicólogo, y ocurren por problemas conductuales o académicos, este último se ha incrementado producto de la pandemia, porque algunos niños se saltaron el proceso de kinder o primer grado y se les dificulta un poco más el aprendizaje, según la psicóloga Marissel Cristina Barrios, especialista en niños y adolescentes del programa de Salud Mental de la Caja de Seguro Social (CSS).
“Hay padres que sí se dan cuenta de ciertos comportamientos, pero esperan que más adelante el niño tome otro rumbo en su comportamiento y mejore acorde a su edad. A veces existe un poco de negación y dicen que en la casa todo está bien y es en la escuela que están haciendo los llamados de atención”.
La psicóloga Roselyn Cartas explica que cuando un niño inicia la etapa de escolarización emergen conductas de las cuales muchas veces no suelen ser observadas en el contexto familiar y en el hogar, por ende, al enfrentarse el niño a las demandas de su ambiente, el docente hace la observación con el padre y refiere al niño para una consulta psicológica.
Algunas señales de alerta podrían ser cuando un niño no quiere ir a la escuela, llora mucho, no pone atención, no escribe en clases, se observan dificultades en su rendimiento escolar, dificultades de adaptación, no sigue indicaciones, tiene pesadillas, está muy aislado, habla de bullying, retraído, y muestra agresividad.
“Si se observa alguna conducta anómala o que cause algún motivo de preocupación es suficiente para una intervención psicológica”, dice Cartas.
Según una encuesta de hogares de UNICEF, el 32% de los niños, niñas y adolescentes en Panamá sintieron molestias en su salud mental a raíz de la pandemia por covid-19 en el año 2021.
Las situaciones que más llegan al consultorio de Cartas son aquellas que están relacionadas con el entorno familiar, pesadillas recurrentes, divorcio / separación de los padres, muerte de un ser querido, manejo y excesos en la utilización del celular, bullying, y temas sobre la crianza, preadolescencia y adolescencia.
A lo anterior, la especialista Barrios añade que no es necesario que el niño tenga un problema como tal, ya que hay ocasiones que no saben gestionar muy bien sus emociones, precisamente, porque no se les enseña, entonces la inteligencia emocional es una parte importante del ser humano, y se trabaja en ello.
En cuanto a la edad, Barrios dice que desde los 4 años se puede iniciar con una orientación psicológica, pero cuando son menores en esa edad, la consulta va dirigida más a los padres que buscan una manera adecuada y funcional en la crianza de sus hijos.
A diferencia de Barrios, para la psicóloga Ivana Arrocha, no hay una edad específica para que empiecen a recibir atención psicológica, ya que el servicio psicológico responde a una necesidad.
Ella atiende a niños desde un año de edad, pero lo hace basado con la referencia de un pediatra que indique que el niño necesita abordaje psicológico por alguna característica específica o un desfase en el ámbito del desarrollo. También atiende con referencias escolares.
Atención a tiempo y recomendaciones
Cuando las situaciones no se tratan a tiempo, suelen complicarse e ir creciendo ‘como una bola de nieve’, según los especialistas en la rama de psicología, y cuando los niños están involucrados en el tema, dicen que hay que tener muy presente el acercamiento y orientación con los psicólogos para poder ayudarles a manejar ciertas conductas e inquietudes, que muchas veces no saben expresar con palabras, sino con comportamientos.
Barrios manifiesta que los adultos deben entender que los niños también tienen emociones y por ello es importante que puedan tener el contacto con un psicólogo cuando es necesario para verificar qué comportamientos está teniendo su hijo.
“A veces, como padres, vivimos en un mundo tan agitado que no nos detenemos a mirar qué está pasando con nuestros hijos, donde el mínimo cambio que vean se sienten a conversar y a preguntar, y en ese caso, si vemos algo anómalo, entonces saquemos la debida cita para que pueda ser evaluado y llegue a poder manejar mejor la situación que está presentando”, agrega la psicóloga.
Si bien, cada caso es diferente, pero si se trata el problema a edades tempranas, esto puede generar beneficios en su perfil de desarrollo y habilidades en su etapa de crecimiento. Por tal razón, los profesionales en psicología indican que es de suma importancia que los padres acudan a todos los controles de sus hijos, ya que si se observa alguna dificultad en el desarrollo, sea tratado a tiempo.
La psicóloga Cartas manifiesta que debemos exigir un abordaje adecuado y oportuno, colocando la importancia insustituible a esta etapa: la niñez, porque la salud mental de un niño hoy equivale al reflejo futuro del mañana como sociedad y como país.
Por su parte, la psicóloga Arrocha recomienda a los padres limitar el uso de la tecnología cuando el infante está en su desarrollo, y a su vez limitar el uso de la tecnología a sus hijos, para evitar que los niños desarrollen problemas para interactuar, una de las situaciones que se está viendo hoy en día con la era de la digitalización.
En Panamá hay instituciones que brindan atención psicológica a un precio accesible, entre ellas, la clínica psicológica de la Universidad de Panamá, clínica psicológica y de terapia familiar de la USMA, clínica en Udelas, y en los Centros de Salud.